2×1=Memoria a medias

Frente a la medida adoptada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en fallo no unánime, 3 votos contra 2, a favor de otorgar el beneficio del 2×1 en una causa de delitos de Lesa Humanidad, manifestamos nuestro más enérgico repudio a esa medida que equipara delitos comunes con los cometidos por usurpadores del poder, quienes desoyendo la voluntad popular, torturaron, desaparecieron, asesinaron y robaron bebés sistemáticamente en todo el país .

Ésto constituye un grave antecedente frente a este tipo de delitos, condenados por la humanidad entera, comparable solo con los hechos más aberrantes cometidos por una parte de la humanidad contra el resto. De ahí el nombre y la gravedad de esos delitos: se los considera no contra una persona o un pueblo, sino contra toda la humanidad.

Se le dice “dos por uno” a la ley que permite computar dos años por cada uno efectivamente preso a partir de los dos años de prisión preventiva.

El 28 de marzo de 1976, Reynaldo Bignone realizó un operativo donde se ocupó el Hospital Posadas y se llevó a cabo la detención, tortura y desaparición de personal del hospital en el “Chalet” (que operaba en el interior del hospital y luego fue convertido en un centro de detención). De este operativo formó parte Luis Muiña quien formaba parte del autodenominado grupo “SWAT”, un comando paramilitar interno del Posadas.

Muiña había sido condenado en el 2011 a 13 años de prisión por secuestros y torturas. Cinco víctimas lo reconocieron.

Resulta ser que el coautor de este delito de lesa humanidad ahora es beneficiado con el 2×1 gracias al fallo de la Corte Suprema, pese a que la ley 24.390 (del 2×1) estuvo vigente entre 1994 y 2001; es decir, no tenía vigencia cuando cometió los delitos por los cuales fue condenado (1976) ni cuando fue detenido (2007) ni cuando se emitió la condena (2011).

Resulta inaceptable que el máximo tribunal adopte una medida de este tipo, además de lo mencionado, porque posibilita al resto de los condenados por delitos de la misma índole a reclamar igual trato y por ende, el mismo beneficio. De ser así, el esfuerzo realizado para llegar a situaciones de condena de militares y civiles que participaron del peor genocidio de la era moderna de nuestro país, se vería afectado y disminuido.

Argentina ha sido ejemplo y bandera en todo el mundo en la condena de los asesinatos, desapariciones, torturas, apropiación de niños, violaciones y demás vejámenes contra la raza humana. Nunca nadie se atrevió a tanto como nuestro país, con todo el esfuerzo y los riesgos que significó tamaños empresa. Ejemplar fue el juicio a los integrantes de la Junta Militar durante la primera parte del gobierno de Raúl Alfonsín. Ejemplar ha sido la lucha de los familiares por encontrar a los desaparecidos, a los bebés apropiados. Esta medida atenta contra todo lo logrado.

En el mismo sentido, rechazamos los dichos del Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, en tanto omite situar el contexto político y social en el que se ejecutaron estos ilícitos, insistiendo en acatar el fallo así sin más, cuando su responsabilidad como secretario es la de alertar las tremendas consecuencias de tal medida adoptada, lo erróneo de la interpretación política que se ha hecho de la letra muerta de la ley y disputar en lo simbólico, en lo jurídico y en lo político esta medida. Habla como si desconociese el contexto de los delitos, la gravedad de los mismos, las implicancias de la medida y para peor, como si no fuese su propia responsabilidad la de echar luz sobre este tema. Debería ponerse a la cabeza de contrarrestar está medida, habida cuenta de lo mencionado. Esto no hace más que vislumbrar la voluntad política del Gobierno respecto de la búsqueda de memoria, verdad y justicia. Su silencio respecto de lo errado de este accionar y sus consecuencias es toda una declaración.

Decimos que la cuenta les da mal, porque 2×1 les da igual a la verdad a medias.

Seguiremos en el camino de la construcción de la memoria, la verdad y la justicia para que nunca más el terror se instale como método de disciplinamiento social y para que nunca más los genocidas tengan lugar en nuestra sociedad.